Tengo la suerte de contar entre mis amigos de la adolescencia con un buen número de artistas. Pintores, escultores, diseñadores, ilustradores, etc que han sido parte de mi aprendizaje en la vida para ser capaz de ver el mundo a través de una mirada abierta a toda clase de bellezas. El mundo no se puede entender sin arte y este le debe al mundo y a sus gentes su polémica existencia. Sin arte no podríamos distinguir, discernir, admirar, celebrar…
Y tengo también la suerte de añadir a esa lista de amigos artistas que no conocía y cuyo talento se palpa día a día en sus ganas de transmitir, de contar, de celebrar (como hacemos también los actores).
Es el caso de la sonrisa de Trementina Lux, de su ilusión y su dedicación. De su historia y su experiencia. Quien es y como es lo podéis descubrir en www.trementinalux.com